¿Qué le exigimos a un videojuego? ¿Buenos gráficos? ¿Que tenga mecánicas novedosas? ¿Que sea divertido? Está claro que existen tantos tipos de videojuegos como de jugadores y cada uno está enfocado en cumplir unas expectativas determinadas. Riders Republic viene con la cara destapada y ofrece una propuesta muy clara: quiere convertirse en uno de los videojuegos más divertidos del año. Y, sinceramente, tiene muchas papeletas para conseguirlo.
Sin hacer muchos alardes a nivel técnico, este Riders Republic de Ubisoft ofrece una de las experiencias más satisfactorias que existen actualmente en cuanto al mundo competitivo de las carreras online. ¿Quieres saber más? Acompáñanos durante las siguientes líneas.
¡Bienvenidos a la República!
Ubisoft es una de las desarrolladoras más controvertidas del mundo de los videojuegos. Cada título que publica se mira con lupa y nunca está a salvo de las voraces críticas del público más hater. No obstante, también es de las más prolíficas del panorama actual. Dos grandes títulos que se han sumado en pocos días a sus filas han sido el espectacular Far cry 6 (cuyo análisis podéis encontrar aquí) y este recentísimo Riders Republic.
Estamos ante un título multijugador de deportes extremos de mundo abierto donde disfrutaremos de carreras de bicicletas, snowboard o el uso de trajes voladores, entre otras. Para los seguidores de este tipo de juegos podemos decir que es una evolución a la máxima potencia de lo que propuso en su día Steep, aquel sandbox de deportes de nieve que no acabó de cuajar del todo pese a que la propuesta era bastante curiosa.
Riders Republic es lo que debió ser Steep en su momento: un título gigantesco y tremendamente divertido. ¿Y por qué es más divertido? Muy fácil: porque no se toma en serio a sí mismo. Es un título hecho para desatar la locura a cada instante. A pesar de ser un juego competitivo aquí no se premia la especialización y las victorias continuas en las carreras. Los desarrolladores han dejado claro que lo que importa realmente es que corras a tu manera, que participes en las alocadas competiciones y que te lo pases genial.
Riders Republic: arcade al cien por cien
Algo notable es que Riders Republic no tiene en cuenta tanto el nivel de destreza de los jugadores, y esto es muy de agradecer. No busca la simulación en ningún momento. Se han decantado por un estilo completamente arcade que le sienta genial y que intenta captar al mayor número posible de jugadores. Los controles son tan intuitivos que prácticamente deja fuera cualquier ápice de frustración por parte del jugador. Cuidado: es lo suficientemente sencillo para que cualquier persona pueda lanzarse al juego sin pensar y pasárselo en grande. Sin embargo, obviamente, cuanto más te especialices en el manejo de los diferentes deportes más carreras acabarás ganando. ¿Cómo era eso de “fácil de jugar y difícil de dominar”? Pues más o menos eso. Lo cierto es que ese toque súper arcade va a atraer a muchos jugadores que busquen algo divertido para jugar con sus amigos, para competir de forma masiva online o, simplemente, explorar un vasto mundo a nuestro ritmo sin mayores complicaciones.
Como hemos comentado, Riders Republic pone a disposición del jugador todas las opciones posibles para que no le suponga una barrera de entrada fuerte. Así, podremos elegir todo tipo de ayudas para superar los desafíos con éxito y que no suponga un suplicio tener que dominar a la perfección todas las disciplinas. Eso sí, a mayores ayudas menores recompensas, por lo que es buena idea ir subiendo la dificultad a medida que le cogemos el pulso al juego.
El título también nos propone tres modalidades de control para que busquemos la que más se adecua a nuestra forma de jugar. Como curiosidad, el tercer modo abarca los controles exactos que teníamos en Steep que están pensados para todos aquellos fans que hayan adquirido las destrezas de aquel título no se sientan aquí fuera de lugar.
Un extenso mapa para explorar
Riders Republic se desarrolla bajo el marco de un bellísimo mundo abierto compuesto por las representaciones de los parques nacionales más icónicos de los Estados Unidos, como Yosemite, Zion o Bryce Canyon. No están perfectamente detallados pero sí es verdad que componen un mapa muy atractivo. Tendremos a nuestra disposición muchos kilómetros para explorar libremente, ya sea con la bici, con skies, moto de nieve o el traje volador auto propulsado. Incluso si somos masoquistas podremos ir a pie. Todo sea por disfrutar de las maravillosas vistas que nos ofrece Riders Republic en cada rincón y a cada paso que damos (el modo foto de este título tiene mucho que decir).
El modo libre de exploración será el mejor método para ir descubriendo los secretos escondidos por el escenario, reliquias, lugares destacados e incluso pruebas acrobáticas escondidas cuyo nivel de dificultad será sorprendentemente elevado. Será todo un desafío para los más atrevidos y aventureros.
El enorme mapa, por supuesto, alberga multitud de pruebas de los distintos deportes y, si estamos cansados de desplazarnos de un lado a otro para competir en cada una, siempre podremos utilizar el viaje rápido y empezar a competir en cuestión de segundos. Gracias al SSD de las nuevas consolas Xbox Series S/X podremos movernos de un punto a otro casi instantáneamente ya que el tiempo de carga será inapreciable.
Las competiciones son el núcleo jugable
Obviamente, el corazón de Riders Republic son las competiciones. Podremos encontrar carreras de multitud de disciplinas así como pruebas de habilidad donde deberemos sacar la máxima puntuación haciendo trucos aéreos. Aparte de estas contiendas podremos encontrar en el campamento base varios modos de juego que son un verdadero acierto jugable.
Por un lado tenemos las Tricks Battle, una competición por equipos de 6 contra 6 donde deberemos sacar la mayor puntuación posible en un tiempo determinado. La contienda sucede en un mapa que está dividido en territorios que deberemos ir conquistando a base de acrobacias. Sin duda es un modo de lo más divertido que te mantendrá horas y horas pegado a la pantalla.
Por otro lado tenemos la Carrera Masiva o Mass Race. Es la joya de la corona. Se trata de una carrera dividida en varias etapas donde cambiarás de disciplina varias veces en mitad de una carrera. Es decir, es posible que empieces en bicicleta y tras saltar un precipicio te coloques sobre la marcha el traje aéreo para luego caer por la loma de una montaña nevada y llegar a la meta haciendo snowboard. Es una especie de modo locura donde la salsa está en que competiremos con nada más y nada menos que 64 jugadores a la vez. Aquí el caos es directamente proporcional a la diversión que obtendremos, os lo aseguro.
Aunque técnicamente las consolas de nueva generación soportan estos eventos casi sin despeinarse hay que indicar que se producen ciertos momentos desconcertantes cuando te juntas con tanta gente en la pista. El sistema de físicas del juego no está demasiado depurado y en este modo queda bastante en evidencia. Las colisiones con los otros corredores son prácticamente aleatorias y cuando se producen no están muy bien conseguidas. Quiero pensar que está hecho a propósito para que la experiencia no suponga un suplicio y que, pase lo que pase, continúes tu camino hacia la meta como sea.
La sensación de progresión es muy satisfactoria
Además de la propia jugabilidad, que es exquisita, existe otro elemento que te impulsa a jugar una y otra vez: el sistema de progresión. Cada vez que completas alguna prueba te verás recompensado con varios elementos que te permitirán ir desbloqueando todo tipo de ítems, como trajes, nuevos vehículos o equipamiento, así como pruebas nuevas en las que participar. Cada disciplina tiene su propia barra de progreso y cuando acabes una prueba te darán estrellas. Estas estrellas se consiguen tanto por finalizar la prueba como por lograr la victoria o conseguir algún objetivo secundario durante la carrera. Con estas estrellas irás consiguiendo cada vez más y mejores patrocinadores, lo que provoca que la sensación de avance y progresión sea prácticamente infinita.
Por completar las pruebas también recibes dinero del juego que podrás invertir, sobre todo, en elementos de personalización de vuestro personaje. Existen cientos de prendas que podrás combinar como quieras para diferenciarte de los demás jugadores. Las combinaciones son casi ilimitadas y muchas de ellas existen en la tienda de forma temporal e irán rotando con el transcurso de los días. No dejarás de sorprenderte cada día con la de cosas locas que consiguen los jugadores. Parece que en este aspecto Ubisoft va a seguir nutriendo al juego de elementos cosméticos porque (sí, lo habéis adivinado) las microtransacciones están a la orden del día. Podremos comprar disfraces con dinero real si lo queremos. Por suerte, sólo estarán a la venta elementos cosméticos y no afectará en absoluto a la jugabilidad del título.
Riders Republic no es un portento gráfico, pero tampoco lo necesita
Hemos jugado en Xbox Series X gracias a un código proporcionado por Ubisoft y hemos de decir que técnicamente el título se comporta de maravilla. No es ningún portento técnico en cuanto a gráficos pero un juego de estas características no sería posible tal y como lo conocemos en la generación anterior. A pesar del pobre sistema de colisiones y de haber encontrado algún bug puntual, el juego es sólido como una roca. Creedme, las carreras de 64 jugadores son una auténtica odisea. El desarrollo de los circuitos es muy fluido y los 60 fps proporcionan buena sensación de velocidad. No hemos encontrado ninguna caída de frames y eso en un juego de esta índole es muy destacable.
Las texturas de los elementos del paisaje no son nada del otro mundo pero gracias a los efectos de iluminación y la paleta de colores hace que luzca muy bien. Sinceramente, bajando una ladera a 80 kilómetros por hora dudo mucho que nos fijemos en el detalle de una roca o una rama de árbol. Cuando vas explorando el mundo tranquilamente sí puedes notar ciertos defectos en varios elementos pero en definitiva es un título muy colorido y atractivo. Más que suficiente.
Buena música para hacer el cabra
En cuanto al apartado sonoro cabe decir que el título es bastante correcto en lo referente a los efectos. No son demasiados y podríamos decir que están representados los típicos de esta clase de juegos como derrapes, deslizamientos, choques o gritos de los personajes. Pero si hay algo donde Riders Republic destaca es en el apartado musical. El juego goza de una banda sonora original y licenciada que está a la altura de la obra. Una mezcla de varios estilos musicales como el punk, rock o el techno deleitarán a nuestros oídos mientras nos deslizamos a toda velocidad ladera abajo. Los compositores Justin Boreta, Edward Ma y Josh Mayer han estado trabajando juntos desde 2006, y son más conocidos por su trabajo como miembros del grupo global de electrónica en vivo The Glitch Mob. El compositor Kid Koala, también conocido como Eric San, también es un DJ, productor y novelista gráfico que ha compuesto música para Cartoon Network y The Winter Olympic Games.
Una cosa curiosa es que el juego no viene doblado al español, manteniendo el doblaje original en inglés. Sí que está subtitulado pero es extraño que Ubisoft haya tomado esta decisión. Siempre ha sido una empresa partidaria de traducir la inmensa mayoría de sus juegos. No es que sea un factor clave para disfrutar del título en su plenitud pero sí es un pequeño punto negro que podrían haber remediado.
Desata la locura sin límites en Riders Republic
Riders Republic es un título muy divertido cuya pretensión no va más allá de hacer disfrutar al usuario de unas competiciones vertiginosas en un escenario que da gusto explorar. Es un multijugador bastante completo, con muchísimo contenido que Ubisoft ha asegurado que irá haciendo crecer con el paso del tiempo. Ojalá la comunidad le dé más oportunidades y no lo deje caer pronto en el olvido porque sí que es verdad que da la sensación de que el progreso colapsa en un punto determinado. Cuando has avanzado tanto en el juego llegas a una especie de estancamiento que hace preguntarte: ¿Y ahora qué?
Esto sucede pero es engañoso y un poco injusto con el propio juego. La causa de este sentimiento no es ni más ni menos que el simple hecho de que cuando empiezas a jugar es muy difícil parar. Cuando acabas una carrera empiezas otra y luego otra y luego otra. Y cuando te pones a explorar es inevitable pararte por el camino varias veces mientras intentas llegar a un punto porque te encuentras con cosas que te distraen y llaman tu atención. Además, tenemos la sensación de que es una experiencia multijugador de nueva generación gracias a la potencia de las nuevas consolas. Debido a la inmediatez con la que se suceden las pruebas y los desplazamientos es inevitable encadenar una carrera tras otra, sin tener que esperar los ya históricos tiempos de carga.
¿Podrá hacerse un hueco en el mercado?
Los únicos inconvenientes que le veo al título son dos y, curiosamente, están interrelacionados. Nada tienen que ver con su programación o la calidad del título. El primero de ellos es su coste y es que viene a precio completo de salida. No es que se trate de un título de bajo presupuesto, ni mucho menos, pero no es un triple A . Esto puede suponer una fuerte barrera de entrada para el jugador que busca algo casual.
Esto se le suma a su fecha de salida, demasiado próxima al lanzamiento del que, posiblemente, acabe siendo uno de los mejores juegos de carreras de todos los tiempos. Hablamos de Forza Horizon 5, título al que en la redacción no dudamos ni un momento en ponerle un diez rotundo de nota. Si queréis saber más aquí tenéis el análisis de Forza Horizon 5. Además, su disponibilidad desde el día uno en Game Pass supone un obstáculo fuerte para que la gente acabe decantándose por el título de Ubisoft.
Aún así nosotros desde aquí recomendamos este Riders Republic ya que ha conseguido lo que proponía, que no era más que diversión, locura, constante progresión, una competición online muy viva y una jugabilidad exquisita.
Acerca del autor
Gamer desde los 80. Amante de los animales y el buen cine. Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. A veces salgo en películas por detrás.